viernes, 10 de diciembre de 2010

XVII - Algunas observaciones sobre las fiestas de navidad y fin de año

Pocas cosas me resultan tan fastidiosas como las fiestas de fin de año. Son una fuente inagotable de problemas. Veamos:

Un par de familiares que por una razón u otra están peleados y no quieren verse a menos que sea en el funeral del otro, pero si haces una reunión en tu casa debes invitarlos a ambos, de lo contrario parecerá que estás tomando partido por uno de ellos. Claro, siempre queda la opción de invitar a uno de ellos en navidad y al otro en año nuevo, pero eso solo funciona si ambas reuniones las organiza uno mismo. La otra posibilidad, no invitarlos a ninguno, traerá aparejado el resentimiento de ambos. Al final, la culpa termina siendo de uno…

Si las reuniones no se hacen en casa, probablemente recibiremos más de una invitación. Esto suele ser catastrófico. “El año pasado lo pasamos en lo de tu papá, así que este año tenemos que ir a lo de mi mamá” o algo por el estilo. Este tipo de situaciones suelen ser objeto de arduas negociaciones que suelen durar semanas, pudiendo incluso ser necesario todo el mes de diciembre. La solución suele girar alrededor de vagas promesas de compensaciones para la siguiente ocasión.

Recibir a los parientes, amigos y demás en casa, implica un enorme esfuerzo, no sólo económicamente hablando, sino un gran despliegue de mano de obra. Hay que preparar toda clase de comidas que dicho sea de paso, no se nos ocurriría comer en ninguna otra ocasión.  Una fortuna transformada en vitel toné, todo tipo de ensaladas, huevos rellenos, ensaladas de frutas, pollo y/o asado y/o lechón, pan dulce, garrapiñada y turrones de maní Georgalos… la lista es inagotable ¡y todo en la misma noche! Lógicamente, tener todo listo demandará incontables horas de trabajo en la cocina .Por supuesto, no hay que olvidar los preparativos de la casa. Hay que limpiar todo para que quede inmaculado, aun sabiendo que antes de las nueve de la noche la casa tendrá el aspecto de haber sufrido algún tipo de desastre. Finalmente, veremos que todo el mundo parece pasarla de maravillas mientras nosotros corremos de la cocina a la mesa llevando y trayendo… más ensaladas, más vinos, más pollo, el hielo que nunca alcanza, más de esto, más de aquello. Luego llegarán las doce de la noche y estaremos absolutamente exhaustos. No pudimos participar de ninguna conversación. Los pies nos duelen porque hemos estado parados todo el tiempo porque las sillas no alcanzaron, y solo queremos sentarnos a comer algo ya que únicamente pudimos atacar en un descuido de la horda invasora un poquito de ensalada rusa… pero no… ya son casi las doce, hay que traer las copas, la sidra, el pan dulce y que sé yo qué más, no sea que por alguna causa no se haga el brindis con absoluta precisión. Para estos casos, lo mejor es tener la radio o el televisor encendidos para que nos indiquen el momento exacto en que debemos brindar. El salvaje despliegue de pirotecnia podría servir con el mismo propósito, pero como las detonaciones suelen comenzar mucho antes, uno podría llegar a confundirse y brindar un minuto antes… Recuerdo especialmente el tapón asesino de una botella de sidra que, luego de salir como un misil de la botella, golpeó en un mueble, luego en una pared, posteriormente en el techo y acabó impactando en mi ojo con gran precisión.

Ya que hablamos de pirotecnia, quiero hacer notar el sufrimiento que provocan los petardos en todas sus variantes en la mayoría de nuestras mascotas. Casi todos los perros, gatos y demás se enloquecen con esta particular forma de diversión. Nadie que tenga un poco de amor por los animales debería someterlos a esta tortura.

En todas las reuniones con cierta cantidad de asistentes, hay uno o más niños absolutamente insoportables, que por alguna razón inimaginable son el orgullo de sus padres. Verdaderos salvajes que, si uno no les tiene puesto un ojo encima todo el tiempo, son capaces son capaces de atarle una cañita voladora a la cola del gato de la casa. Si hay más de un monstruo, invariablemente acabarán peleando por cualquier razón y no hablemos de lo que puede pasar cuando uno de ellos quiera jugar con el regalo del otro…

No olvidemos el día después… Nos despertaremos más cansados que cuando nos acostamos, tendremos que limpiar el desastre, cuidando de no despertar a alguno que está durmiendo en algún colchón en el piso del living.

Debo reconocer en este punto que todas las observaciones realizadas no aplicaban en absoluto en los años de mi niñez. Adoraba esas reuniones. Recuerdo la emoción de abrir los obsequios junto al árbol que armaban mis viejos y que decoraban con esmero. Recuerdo especialmente que usaban algodón para simular la nieve en sus ramas. En realidad era feísimo, pero eso no importaba. Cuando se reunía toda la familia era una verdadera fiesta.  Pero todo eso quedó atrás… mis viejos ya no están, mis primos ya no vienen a jugar conmigo, nadie me deja juguetes en el árbol…

En fin… Debo terminar aquí esta crónica. Debo ir a hacer la lista de las compras navideñas… Feliz navidad a todos y mis mejores deseos para este nuevo año.

lunes, 22 de noviembre de 2010

XVI - Mis favoritas

Les presento aquí el listado de mis cincuenta películas favoritas, Como corresponden a diversas épocas y géneros no es fácil compararlas, así que las he ordenado cronológicamente. No fue fácil hacer esta lista, tal vez he dejado afuera a algunas que deberían estar. No hago ningún juicio de valor sobre la calidad de los filmes. No soy crítico y de todas maneras, navegando por internet encontrarán montones de crítitas de estas películas. Simplemente se trata de que me han gustado.

Fantasía (1940)
Dir: Varios
Animación
No puedo evitar relacionar esta película con mi niñez. Un recuerdo imborrable... la vi en el cine "Helios" de El Palomar, aproximadamente cuando tenía 9 años. Salí del cine enamorado de la música.

El Viejo y el Mar (1958) The old man and the sea
Dir: John Sturges
Spencer Tracy
Otra película que vi siendo un niño y que me conmovio muchísimo. La obstinación del viejo para conseguir derrotar al pez que tanto respetaba me impresionó profundamente. 

2001: Odisea espacial (1968) 2001: A Space Odyssey
Dir: Stanley Kubrick
Keir Dullea, Gary Lockwood
La vi dos o tres veces hasta que tuve que aceptar que no entendía el final. No me quedó otra alternativa: Tuve que comprar el libro.

Infierno en el pacífico (1968) Hell in the Pacific
Dir: John Boorman
Lee Marvin, Toshiro Mifune
En mi modesta opinión, una verdadera joyita. El incómodo final de la película siempre me inquietó mucho. Un monumento a la estupidez humana

La Naranja Mecánica (1971) A Clockwork Orange
Dir: Stanley Kubrick
Malcolm McDowell, Warren Clarke, James Marcus, Michael Tarn
Película absolutamente inclasificable. La libertad del individuo contrapuesta al interés de la sociedad... tema espinoso.

Los Perros de Paja (1971) Straw Dogs
Sam Peckimpah
Dustin Hoffman, Susan George
Es que cualquiera de nosotros puede convertirse en una verdadera bestia si nos empujan lo suficiente?

El Día del Chacal (1973) The Day of the Jackal
Dir: Fred Zinneman
Edward Fox, Alan Badel, Michael Lonsdale
Una adaptación fiel del libro de Frederick Forsyth. Me encantó. Después Hollywood se encargaría (una vez más) de arruinar esta joyita con el filme interpretado por Bruce Willis

Jesucristo Superstar (1973)
Dir: Norman Jewison
Ted Neeley, Carl Anderson, Yvonne Elliman
Provocativa, muy bien realizada. Me gustó muchísimo, no sé cuántas veces la he visto.

La Patagonia Rebelde (1974)
Dir: Héctor Olivera
Luis Brandoni, Héctor Alterio, Pepe Soriano, Federico Luppi, Osvaldo Terranova.
Una de las mejores películas argentinas que he visto, en ella puede verse a los mejores actores del país en una historia que todos deberíamos conocer.

Primera Plana (1974) The Front Page
Dir: Billy Wilder
Jack Lemmon, Walter Matthau, Susan Sarandon
Entretenida historia ambientada alrededor de 1930, filmada en 1974 y que nos demuestra que nada ha cambiado

Maratón de la Muerte (1976) Marathon Man
Dir: John Schlesinger
Dustin Hoffman, Laurence Olivier, Roy Scheider
Una actuación memorable de L. Olivier que hace que se le hiele la sangre a uno.

La Cruz de Hierro (1977) Cross of iron
Dir: Sam Peckinpah
James Coburn, James Mason, Maximilian Schell, David Warner.
Una de las mejores películas de guerra que haya visto. Una vez más, la estupidez humana al descubierto. Genial Maximilian Schell.

El Socio del Silencio (1978) The Silent Partner
Dir: Daryl Duke
Elliott Gould, Christopher Plummer
Suspenso desde el principio hasta el final. De lo mejor del género.

Expreso de Medianoche (1978) Midnight Express
Dir: Alan Parker
Brad Davis, John Hurt
Un clásico de todos los tiempos, Uno podría creer que es una película más sobre cárceles, pero nada más alejado de eso. Alan Parker es un maestro.

La Jaula de las Locas (1978) La Cage aux Folles
Dir: Edouard Molinaro
Ugo Tognazzi, Michel Serrault
Pocas películas me han hecho reír tanto. Se filmó una versión americana con Robin Williams y Gene Hackman que no estuvo mal, pero sigo prefiriendo la vieja versión francesa.

Alien (1978)
Dir: Ridley Scott
Tom Skerritt, Sigourney Weaver
“En el espacio, nadie oirá tus gritos” decía la promoción de la película. En el cine, sí. Fue la única película que haya visto en el cine con mi papá. Solo eso sería suficiente para hacerla especial.

All That Jazz (1979)
Dir: Bob Fosse
Roy Scheider, Jessica Lange, Leland Palmer.
No soy muy amante de las películas musicales, pero esta es una excepción. La veo cada vez que aparece en la tele.

La Vida de Brian (1979) Life of Brian
Dir: Terry Jones
John Cleese, Michael Palin
Deliciosa. Ironia social, política y religiosa. Imperdible

Los Unos y los Otros (1981) Les uns et les autres
Dir: Claude Lelouch
Richard Bohringer, Jacques Villeret, Jean-Claude Brialy, Jean-Pierre Castaldi, Evelyne Bouix, Fanny Ardant, Nicole Garcia, Feodor Atkine, James Caan, Robert Hossein, Geraldine Chaplin, Daniel Olbrychski
Qué importa si es larga... Muestra tanta belleza…

Submarino (1981) Das Boot
Dir: Wolfgang Petersen
Jürgen Prochnow, Herbert Grönemeyer
Soberbia película, con una no menos soberbia puesta en escena magníficamente documentada. Claustrofóbica y angustiante

Gandhi (1982)
Dir: Richard Attenborough
Ben Kingsley, Candice Bergen
Gran clásico del cine, aunque no reconocido por todos. Ganó 9 oscar y eso no es poco. Todo en esta película me parece magnífico, respira grandeza por todos sus lados, vestuario, diálogo, fotografía... y en la cumbre de todo estos factores se encuentra Ben Kingsley, impresionante

La cosa de otro mundo (1982) The Thing
Dir: John Carpenter
Kurt Russell, Wilford Brimley, David Clennon
Gran película que desarrolla el ABC de toda buena peli de terror: a) escenario inhóspito y aislado b) una criatura terrible y desconocida, c) no puedes fiarte de nada ni de nadie.

Tootsie (1982)
Dir: Sydney Pollack
Dustin Hoffman, Jessica Lange, Teri Garr
Película para disfrutar, pasando un rato de lo más agradable. Magnífica interpretación de Dustin Hoffman

Christine (1983)
Dir: John Carpenter
Keith Gordon, John Stockwell, Alexandra Paul
Basada en un libro de Stephen King, Christine es un Plymouth Fury de 1958, rojo y blanco, pero no es un auto cualquiera. En su interior se aloja el mismísimo diablo.

Amadeus (1984)
Dir: Milos Forman
F. Murray Abraham, Tom Hulce
Mediocres del mundo... yo os absuelvo! Para decirlo en una palabra: Impecable.

La Historia sin Fin (1984) The NeverEnding Story
Dir: Wolfgang Petersen
Barret Oliver, Gerald McRaney, Deep Roy
A pesar de ser una película infantil, cualquier adulto que la vea prestando atención, podrá darse cuenta que no sólo es para niños. Conmovedora.

Esperando la Carroza (1985)
Dir: Alejandro Doria
Luis Brandoni, China Zorrilla, Antonio Gasalla
El mejor humor negro que haya visto. De lo mejor que ha dado el cine nacional.

Cocoon(1985)
Dir: Ron Howard
Don Ameche, Wilford Brimley, Hume Cronyn, Jessica Tandy
Ciencia ficción, sí… pero eso es lo menos importante. La historia es muy tierna e invita a reflexionar.

El nombre  de la rosa (1986) Der Name der Rose
Dir: Jean-Jacques Annaud
Sean Connery, Christian Slater, F. Murray Abraham
Thriller medieval que le hubiera encantado a Sherlock Holmes. Sean Connery, grandioso.


Los Intocables (1987) The Untouchables
Dir: Brian de Palma
Kevin Costner, Sean Connery, Charles Martin Smith, Andy García, Robert de Niro,
Muy buena pelicula,con un reparto de lujo donde Sean Connery y Rober de Niro destacan por encima del resto.

Un Príncipe en N.York (1988) Coming to America
Dir: John Landis 
Arsenio Hall  Eddie Murphy  Samuel L. Jackson, James Earl Jones
Es ideal para reír un buen rato. No pretende nada más, pero igual ocupa un lugar en mi listado de favoritas.

Conduciendo a Miss Daisy (1989) Driving Miss Daisy
Dir: Bruce Beresford
Jessica Tandy, Morgan Freeman
De algunas películas se puede decir simplemente que son mágicas, sin saber muy bien que razones dar. Esta es una de ellas.

Los Sueños de Akira Kurosawa (1990) Dreams
Dir: Akira Kurosawa
Martin Scorsese, Akira Terao, Mitsuko Baishô
Inclasificable, surrealista, llena de belleza. Excelente película digna del maestro Akira Kurosawa

El Silencio de los inocentes (1991) The Silence of the Lambs
Dir: Jonathan Demme
Jodie Foster, Anthony Hopkins
Esta película es un clásico de la cinematografía contemporánea. Varios premios Oscar incluyendo mejor película, director, actriz y actor hacen superfluo cualquier comentario mío.

Perfume de mujer (1992) Scent of a woman
Dir: Martín Brest
Al Pacino, Cris O'Donnell
Cátedra de actuación a cargo del profesor Al Pacino. Impecable por donde se la mire.

Philadelfia (1993)
Dir: Jonathan Demme
Tom Hanks, Denzel Washington
Tal vez sea porque me enferma toda clase de discriminación, esta película me impresionó mucho.

Forrest Gump (1994)
Dir: Robert Zemeckis
Tom Hanks, Robin Wright Penn, Gary Sinise
Otra de Tom Hanks… una pelicula que gano el Oscar a mejor filme y otro a Tom Hanks como mejor actor. 

La verdad Desnuda (1996) Primal Fear
Dir: Gregory Hoblit
Richard Gere, Edward Norton, Laura Linney
La verdad? El final me tomó completamente por sorpresa. Grande, Edward Norton… una de mis favoritas sin ninguna duda.

Horizonte Galáctico (1997) Event Horizon
Dir: Paul W.S. Anderson
Laurence Fishburne, Sam Neill
Ciencia ficción? Terror? Sin recurrir a monstruos babeantes, ni a asesinos con motosierra, es capaz de provocarte un escalofrío de puro terror. De lo mejor que ha dado el género.

El Aprendiz (1998) Apt Pupil
Dir: Bryan Singer 
Joshua Jackson  David Schwimmer  Ian McKellen 
Un filme oscuro, morboso y complejo, me pareció una joya del cine

El Violín Rojo (1998) The Red Violin
Dir: François Girard
Samuel L. Jackson, Jason Flemyng
Una de las mejores películas que haya visto. Casi desconocida, no he sabido de nadie más que la haya visto a excepción de mi hijo Jonás. Con un maravilloso poder de síntesis, luego de haberla evaluado luego de verla dos o tres veces, la describió como "Una jodida obra de arte"

Ronin (1998)
Dir: John Frankenheimer
Robert De Niro, Jean Reno, Natascha McElhone
Muy buena. Producto de juntar una buena historia con mucha accion. Imperdible la persecución en el centro de la ciudad.

Sexto sentido (1999) The Sixth Sense
Dir: M. Night Shyamalan
Bruce Willis y Haley Joel Osment
Una joyita. Para mi una de las mejores películas de suspenso que vi en mucho tiempo.

The Matrix (1999)
Dir: Andy y Lana Wachowski
Keanu Reeves, Laurence Fishburne
Esta magnífica pieza de cinematografía filosófica creará escuela y seguidores de veneración y culto por las décadas de las décadas. Ya me darán la razón.

Buscando a Forrester (2000) Finding Forrester
Dir: Gus Van Sant
Sean Connery, Rob Brown, F. Murray Abraham
Una más que interesante película que nos habla sobre la amistad, la lealtad, el éxito, el fracaso, los miedos, sobre la experiencia y el talento innato.

Hombres de Honor (2000) Men of Honor
Dir: George Tillman, Jr.
Robert de Niro, Cuba Gooding
Me encanto la película la interpretación de Robert de Niro es fantástica

Nueve Reinas (2000)
Dir: Fabián Bielinsky
Ricardo Darín, Gastón Pauls
Otra joyita del cine nacional. Ya llegará el día que la filmen en Hollywood una versión yanqui y la echen a perder.

El Hijo de la Novia (2001)
Dir: Juan José Campanella
Ricardo Darín, Héctor Alterio, Norma Aleandro
Cómo no terminó ganando un Oscar esta película? Es una injusticia!

Los Otros (2001) The Others
Dir: Alejandro Amenábar
Nicole Kidman, Alakina Mann, James Bentley
Si toda la película es una obra de arte, qué decir entonces del final? Es el broche de oro a un gran trabajo y uno de esos desenlaces con un giro de los acontecimientos inesperado. Muy buena

Elsa y Fred (2005)
Dir: Marcos Carnevale
China Zorrilla, Manuel Alexandre, Federico Luppi
Una clase magistral del arte de la interpretación, Para aplaudir de pie.

martes, 16 de noviembre de 2010

XV - Para qué sirve el Universo?

En el Principio, todo era oscuridad y silencio. Fue en ese momento, más o menos a las tres de la mañana, cuando apareció el primer mosquito. Su picadura me despertó y su zumbido impertinente no me dejó volver a dormir. Finalmente no me quedó otra opción que levantarme para ir a buscar el insecticida a la cocina. Cuando acabé con ese grupito de pequeños monstruos en mi habitación y a pesar de que apagué la luz ya no fue posible volver a conciliar el sueño. Mientras trataba de rascarme en la espalda donde me había picado (justo ahí, donde no hay manera de hacerlo), me puse a pensar que ese insoportable díptero nematócero tenía su lugar entre los seres vivos, ya sea porque así lo había dispuesto Dios o porque se había ganado el derecho a existir a través de millones de años de evolución.

Yo he leído bastante, he visto cuanto programa he encontrado en Discovery Channel o en National Geographic Channel y he visto las sagas completas de La Guerra de las Galaxias y de Viaje a las Estrellas entre otras cosas, y si algo tengo claro, es que el universo es muy grande. Soy consciente de que soy un minúsculo punto en un mundo que es poco más que un grano de arena girando alrededor del sol, que no es más que una estrella corriente como unas cien mil millones de otras estrellas con sus miles de millones de planetas que forman nuestra galaxia, la que es una galaxia corriente entre miles de millones de otras galaxias…

Debo señalar en este punto que nunca creí en la Creación tal como se describe en la Biblia. Es ilógica. Entre otros puntos tenemos, por ejemplo, que podemos ver galaxias distantes a miles de millones de años luz de distancia, por lo tanto, estamos viéndolas como eran hace miles de millones de años, lo que choca de frente con la enseñanza de que el mundo tiene unos cuantos miles de años y nada más. Luego tenemos la presencia de fósiles de seres que vivieron millones de años antes que el primer hombre, lo que demostraría que la vida comenzó a experimentar múltiples variaciones antes de llegar a nosotros. Puedo también señalar decenas de argumentos en un sentido similar. Además… Para qué se tomaría el Hacedor el trabajo de crear un universo con una cantidad inimaginable de galaxias, estrellas y planetas para hacer Su Obra en un planetita en un rincón olvidado de la Vía Láctea? Y si sólo fuéramos su taller de pruebas? el laboratorio donde hace sus ensayos?

Por otra parte, sabemos que nuestro planeta tiene aproximadamente 5.000 millones de años y que el universo tiene unos 14.000 millones de años, días más o menos. Sin embargo, hay una o dos cosas que no entiendo… El Big Bang, la gran explosión que originó todo… por qué se produjo? Si antes de eso no existía nada, ni siquiera el tiempo, ¿de dónde salió toda esa materia, toda esa energía? Han tratado de explicármelo, pero si tengo que decir la verdad, nunca entendí absolutamente nada. Francamente, en este punto se acaban mis argumentos.

También pensé que toda mi vida no será más que un parpadeo en el tiempo. Por qué nací en este momento del tiempo, en este lugar? Pude haber sido rico o pobre, o pude haber sido un perro o tal vez un insoportable mosquito. Hace algunos años vi una lámina con la foto de un ratoncito mirando a la cámara y se preguntaba “Por qué justo a mí me tenía que tocar ser yo?” Me resultó gracioso en el momento, pero nunca pude sacarme esa pregunta de mi cabeza. También podría haber ocurrido que simplemente, no hubiera nacido jamás. El caso es que aquí estoy. A veces tengo la sensación de que los miles de millones de años anteriores no existieron, de que todo comenzó con mi llegada, como si fuera todo una escenografía preparada para mí, en el mismo sentido, me pregunto que sucederá cuando no esté. Se desvanecerá todo como un sueño? Por supuesto, todo esto es solo una sensación. El Universo existía antes que yo y continuará impertérrito cuando yo desaparezca. En realidad, no le importa que yo exista o no. En ese contexto, no solo yo soy un cero. La humanidad toda podría desaparecer mañana y los planetas seguirían su camino en el cosmos como si tal cosa. Nadie expresaría en ningún confín del universo ni una palabra de pesar. 

Y después… dentro de algunos miles de millones de años más, el universo se irá enfriando lentamente. Las estrellas se irán muriendo y la materia irá desapareciendo, la Nada se irá adueñando de todo, toda la vida en cada rincón del cosmos llegará a su término y finalmente hasta el tiempo llegará a su fin... Y todo esto, para qué habrá sido? Porque seguramente existe un plan, un objetivo, una razón de ser, no?? Alguien puede decirme para qué sirve el Universo? 

Cómo odio los mosquitos!!

martes, 14 de septiembre de 2010

XIV - Diez Segundos

Es increíble lo que puede pasar en diez segundos. En menos que eso, incluso. Eso lo aprendí hace unos cuantos días. La madrugada del 31 de agosto. La una de la mañana, Ruta 9, cerca de San Pedro. En ese momento, un viaje de placer se convirtió en una pesadilla. Jonás conducía. De alguna manera, lo que unos segundos antes era un viaje normal se convirtió en un desastre. El auto dando una... dos... tres vueltas y de repente… la oscuridad total, el silencio espantoso y para mí, el terror absoluto. Fueron sólo unos pocos segundos los que necesité para saber que estaban todos vivos, pero fueron los peores segundos que he vivido.

Buscando en la oscuridad y bajo la lluvia los muñequitos de peluche de María José, que estaban desparramados a lo largo de más de veinte metros contados desde donde quedó el auto, me preguntaba por qué lo estaba haciendo. Lastimado, golpeado, aturdido, habiendo extraviado cosas más urgentes como mis documentos, celulares, dinero, tarjeta de crédito… pero buscaba los perritos de peluche de María José. Jonás se me unió a la búsqueda hasta que los encontramos todos. Cuando encontré el primero, fui corriendo a llevárselo a ella, que estaba en una camilla que habían traído los del equipo de socorro. Cuando se lo puse en la mano, ella lo tomó con fuerza y se puso a llorar. Ahí me di cuenta de por qué los busqué.

Dicen que ante la inminencia de un acontecimiento potencialmente fatal, uno ve pasar la propia vida frente a sus ojos… para mí no fue así. Todavía estaba nuestro auto dando vueltas y vueltas, y en lo único en que pensaba era en los chicos que estaban conmigo en el auto. Cómo podría seguir viviendo si algo le pasaba a alguno de ellos? No tuve miedo por mí en ningún momento, sólo podía pensar en mi hijo y en los demás que estábamos allí. Tengo pesadillas que evocan esos segundos en los que no sabía si mi hijo, su novia o alguno de nuestros amigos que nos acompañaban estaban vivos. Supongo que probablemente, las tendré durante años.


Dicen también que ante un hecho así, uno se replantea las prioridades en la vida. Tampoco es mi caso. Siempre supe que lo único importante en la vida son los afectos. Sólo me convencí de que estaba en lo cierto. Como le dije a Jonás en el hospital, mi idea de felicidad completa en ese momento, era poder abrazarlos a todos. Sigo pensando lo mismo.

martes, 17 de agosto de 2010

XIII - Indiferencia

Hace algún tiempo estaba mi señora esperando el colectivo a las siete de la tarde en la estación de Ezeiza. Recibió una llamada en su celular, y luego de atender la llamada lo volvió a guardar en el bolsillito de su saco. En ese momento, un señor (de alguna forma hay que llamarlo) la atacó por detrás y con una mano la tomó por su muñeca derecha mientras que con la otra trató de quitarle el celular de ese bolsillito. La petisa dejó caer la bolsa con las compritas de la cena que tenía en la otra mano y de alguna manera consiguió embocarle una soberbia piña al caballero, tanto que éste cayó al piso. Acto seguido mi dulce esposa le propinó unas 37 patadas en diversas áreas de su anatomía y todas las piñas que fueron necesarias para mantenerlo en el piso cada vez que trataba de pararse, todo eso mientras le gritaba todas las groserías que sabe, y sin repetirlas ni una sola vez. Cuando ya empezaba a hacerse tarde, aparecieron un par de conocidos del maltrecho, humillado e incompetente ladrón, lo rescataron y se lo llevaron con rumbo desconocido.

Pasada la conmoción del suceso, me planteé algunos temitas...

Las siete de la tarde en la estación de Ezeiza! Tienen idea de cuánta gente había allí? Nadie intervino para nada (excepto para salvar a nuestro amigo) En todo ese tiempo ni un policía, ni un guardia de seguridad de la estación, ni un inspector de tránsito ni nadie...

Esto me recuerda a mi propia anécdota, en 1999, cuando intentaron robarme de forma parecida en Callao entre Corrientes y Lavalle a las dos de la tarde... Claro, no estaba mi señora, que si no... Yo llevaba unos diez mil pesos convertibles 1 a 1 que eran para el pago de sueldos en la empresa en la que yo laburaba entonces. Me enganché en una linda pelea y hasta la estaba ganando, tal vez justamente por eso apareció de la nada un cómplice que me atacó antes de que yo consiguiera siquiera verlo. Terminé con más de tres meses de yeso desde el cuello hasta la cintura, aunque me queda el consuelo de que no pudieron sacarme nada. El asunto es que estaba yo abrazado a mi maletín tirado en el suelo en Callao entre Corrientes y Lavalle a las dos de la tarde y nadie vio nada... ni siquiera me veían a mí, ni un alma caritativa que me ayudara a sentarme al menos... recuerdo que le pedí a una persona que pasaba por allí que por lo menos me alcanzara mi celular que había caído a unos tres metros de donde yo estaba y lo único que hizo fue acelerar el paso como si lo mío fuera muy contagioso.

Estoy más enojado con la gente que con los chorros... estos al fin y al cabo son chorros y cumplen patrióticamente con su deber como tales. Uno, sin embargo, esperaría otro proceder de ciudadanos comunes que comparten las calles con nosotros.

Me molesta la indiferencia de la gente, aunque sé por propia experiencia, que involucrarse puede traer problemas. Hace algunos años estábamos llegando a casa como a las dos de la mañana -vivíamos en Longchamps entonces- a solo tres casas de llegar, una vecina a la que veíamos todos los días, prácticamente se tiró adelante del auto. Llovía a baldazos y estaba en camisón. Lloraba desesperadamente y nos pedía ayuda, diciendo que su esposo estaba lastimado dentro de la casa, que necesitaba ayuda. Entré y estaba el hombre muerto en la habitación, muy muerto con un disparo en el pecho. Para qué... sin entrar en detalles, baste con decir que casi termino en cana... fueron meses de dolores de cabeza. Tiempo después, ya viviendo en Ezeiza, cada tanto venía algún patrullero a buscarnos para llevarnos y hacernos las mismas preguntas una y otra vez, y nunca de modo amable. Pero esa es otra historia.

Yo no soy indiferente. Si alguna noche lluviosa a las dos de la mañana una vez más se me cruzara una mujer desesperada en camisón pidiendo ayuda, yo volvería a detenerme.

sábado, 31 de julio de 2010

XII - Futuro era el antes...

Se acuerdan de cómo era el futuro? Recuerdo cuando en mi niñez leía cuanta revista, libro, periódico o lo que fuera en donde encontrara una visión de cómo sería el futuro, allá por el lejano siglo XXI. Para cuando llegara el año 2000 tendríamos bases permanentes en la luna... casi con seguridad estaríamos a punto de colonizar Marte... La llegada del hombre a la luna nos hizo pensar a todos que las posibilidades eran infinitas. No existirían las congestiones de tránsito porque con seguridad los autos podrían volar... el cáncer y otras enfermedades serían curiosidades en los libros de historia... cada casa tendría unos cuantos robots que se encargarían de las tareas de la casa... Claro, todo eso y mucho más siempre y cuando la Tercera Guerra Mundial no nos mandara a la prehistoria nuevamente o algo peor...

Y el siglo XXI llegó... No tengo mi vehículo volador para ir a trabajar cada día, no tengo un robot que prepare la cena y lave los platos ni puedo tomar mis vacaciones en la luna... los autos básicamente se rigen por los mismos principios que hace 50 años... Tal vez en el futuro…

Por otra parte, si bien hubo vaticinios que nunca se cumplieron, hubo otros que sí e incluso llegaron cosas que nadie previó. Hoy son cotidianas cosas con las que jamás soñamos. Teléfonos celulares, internet, hornos de microondas, máquinas fotográficas digitales, televisión satelital, clonación, el conocimiento del ADN y la manipulación genética, los video juegos... La lista es enorme. En general, las expectativas eran que el futuro llegaría con la solución a todos los problemas. Aunque es cierto que llegaron muchas soluciones, también nos trajo problemas nuevos, aunque no es eso lo que quiero analizar ahora. Lo único que me preocupa es... Cómo será el futuro? Llegaré a ver al hombre en Marte?

En aquellos años, cada nuevo avance nos sorprendía. Hoy nos enteramos por la televisión que una sonda espacial ha aterrizado en un cometa para tomar muestras, o que en tal laboratorio han conseguido criar ratones que brillan en la oscuridad, o que se está experimentando con cierto tipò de cámaras que podrían conectarse directamente al sistema nervioso y que podrían llegar a ser ojos que le devolviera la vista a personas ciegas... Como estas, mil cosas más podría mencionar. En fin... en algunos casos afortunadamente y en otros no, el caso es que casi nada de lo que leía en aquellos años resultó como lo esperaba. Yo sigo maravillándome con estas novedades... mi imaginación se dispara y trato de imaginar las puertas que se abren. al paso del progreso, las infinitas posibilidades que se presentan... De todas maneras, no parece importarle a nadie. La gran mayoría de las personas no le presta ninguna atención a este tipo de noticias, hasta las encuentran tediosas. Qué pena!

El futuro no es lo que solía ser.

martes, 11 de mayo de 2010

XI - Como el viejo álamo

El otoño llega y el viejo álamo pierde sus hojas una a una. Sin embargo, le ha quedado una hojita que se mantiene verde, que se niega a morir… parece que esta hojita rebelde es la que mantiene con vida al cansado árbol, con su fea corteza llena de cicatrices… montones de hojas que se han ido marchitando una a una hasta morir y caer silenciosamente como mis sueños. Todas caen dejando al otrora orgulloso árbol convertido en un fantasma de lo que fue. Todas, menos esa pequeñita, que soporta la furia de los fríos vientos y la lluvia helada. Contra toda lógica, se mantiene verde. Le recuerda al árbol que a pesar de lo triste y gris que parece todo ahora, la primavera llegará y mil nuevas esperanzas brotarán y con ellas todo su esplendor regresará. El viejo árbol ama a esta única hojita, querría abrazarla, pero por más que lo desee no puede hacerlo. Sólo le queda esperar que algún día algo maravilloso suceda.

.

Como el viejo álamo, así me siento hoy…

.

Tuve montones de sueños que se han ido marchitando uno a uno hasta morir y caer silenciosamente como sus hojas… sin embargo, hay uno que insólitamente permanece verde y que me mantiene con vida, que me sostiene en la esperanza de que una nueva primavera pueda ser posible. No es fácil. El frío, los días interminables y grises, a veces hacen que esa primavera soñada parezca estar del otro lado del universo, pero esa hojita se mantiene aferrada a su ramita… Amo a este sueño… quisiera abrazarlo y hacerlo realidad, pero por más que lo desee no puedo hacerlo. Sólo me queda esperar que algún día algo maravilloso suceda.

X - El nacimiento de Jonás


1. Donde no me dejan dormir (Parte 1ª)
.
Aquel 30 de mayo de 1984 pasamos el día y la mayor parte de la noche en casa de mi prima Beba, jugando a las cartas o al TEG, no me acuerdo bien. Como de costumbre, llegamos muy tarde a casa. En esos días estaba yo sin trabajo, y teníamos bastante tiempo libre. La proximidad del nacimiento de mi primer hijo (el único, como se vería más adelante) era un asunto que, contrariamente a lo que se esperaba de un padre decente, no era un tema que realmente me preocupara. Estaba absolutamente convencido de que todo saldría bien, que no había de que preocuparse, así que no me preocupaba en absoluto. El caso es que llegamos a casa como a la una de la mañana del 31 de mayo, el día en que nada pasó como se suponía que debía pasar.
.
Hacía mucho –pero mucho– frío... amenazaba llover, así que esa fue una excelente excusa para irnos a la cama y tomarnos una –o dos– copas de licor de café antes de dormir. Por aquellos años, me gustaba beber algo de alcohol... Nos quedamos conversando tranquilamente hasta cerca de las dos. Finalmente, decidimos que era buena hora para iniciar el sueño reparador después de una jornada agotadora.
Según me contó Patricia luego, alrededor de las tres comenzó a sentir que la madrugada no iba a ser tan tranquila como teníamos planeado. Intentó despertarme, fracasando estrepitosamente en la tarea. Una vez que se hubo convencido de lo inútil del esfuerzo, optó por hacer algo más práctico: Preparó su bolsito, se bañó, se vistió, y cuando estuvo todo listo, intentó nuevamente despertarme. Recuerdo vagamente haberle pedido un café... Fue entonces que gritó como si estuviera poseída “¡SEEEERGIOOOOO! ¡NO PUEEEDO MÁAAAAS!” Seguida por una invocación a mi madre que me pareció de muy mal gusto, seguida de varias expresiones más, todas impropias en una madre pronta a dar a luz.
.
Tengo que reconocer que funcionó... Salté de la cama y caí de pie junto a la mesita de luz, ya vestido. Completamente despierto, la vi recostada en el marco de la puerta, con expresión de un dolor intenso (o de un odio intenso, no estoy seguro) Todavía pensando en eso, la oigo decir muy despacito, probándome que sufría de un dolor insoportable (o de un odio asesino) “Vamos al Hospital...”

2. Donde se demuestra lo difícil que es conseguir un taxi cuando se está apurado.

Vivíamos en un lindo departamentito en la calle Gurruchaga, a una cuadra y media de la Avenida Santa Fe. Sin embargo, a esa hora era un desierto. Para tener alguna posibilidad de conseguir un taxi, caminamos hasta Serrano y Santa Fe, frente a Plaza Italia... donde esperamos fácilmente una media hora –al menos a mi me pareció media hora- Como estaba lloviendo un poco, y había un viento que te arrancaba la piel, a Patricia la dejé refugiada en la entrada de un edificio, mientras yo, en el cordón de la vereda, hacía señas a cuanto auto veía. El primero en parar fue un taxi grandote, un Falcon, creo. Lo recuerdo porque me alegró que fuera un auto grande, así ella podría recostarse en el asiento y yo me subiría adelante. Había abierto la puerta de atrás, cuando el taxista la ve venir a Patricia con su enorme panza y el gesto de dolor. Entonces hizo lo que cualquier amante de su lustroso auto hubiera hecho: arrancó de golpe, con la puerta abierta y todo. Paró media cuadra más adelante, solo para cerrar la puerta y huir después en la oscuridad. Allí quedamos... varios minutos más.
.
Eventualmente, un taxi finalmente paró y aceptó llevarnos al hospital. Al fin y al cabo, eran unas pocas cuadras ¿Qué podría salir mal? Para sacarse el problema lo más rápido posible, o para que la futura madre recibiera atención lo antes posible, convirtió al modesto Renault 12 en un Fórmula Uno, y no se detuvo hasta habernos dejado dentro del hospital. Ingresó por la entrada de las ambulancias y casi nos lleva hasta la habitación. Nos deseó mucha suerte, y no recuerdo si le pagué. Me parece recordar que no quiso cobrarme. Me reconcilié con el gremio de choferes de taxis, y le retiré la maldición eterna que había arrojado sobre ellos por culpa del primer conductor unos minutos antes.

3. Donde recupero transitoriamente mi soltería.

Ya dije que entonces estaba sin trabajo, lo que equivale a decir que no tenía obra social. Como el padre no había denunciado todavía el matrimonio de su hija, seguía disfrutando de la obra social del Ejército, que mi suegro usaba por ser militar retirado. El único problema, era que Patricia solo tenía derecho a los beneficios mientras fuera soltera, y hacía veintisiete días que estábamos casados (El Mayor Jiménez, o sea mi suegro, por aquellos días me miraba bastante feo. Creo que albergaba la sospecha de que la hija se había casado embarazada). La solución, fue no decir nada del casamiento, decir que era soltera y que yo no era nadie... un amigo, si acaso. Lamentablemente, el truco salió tan bien que no se me permitió asistir al parto. Constantemente alguien me preguntaba quien era, me echaban de todas partes. En el Hospital Militar no son muy hospitalarios... Tengo la firme convicción de que mi querido suegro hubiera estado feliz si me hubiera ido a casa.

4. Donde además de solteros, estamos separados.

Cuando ya estaba instalada en su habitación privada del décimo piso, con una hermosa vista de la avenida Luis M. Campos, y ya que yo estaba sin saber que hacer, molestando en donde nada tenía que ver conmigo, Patricia me pide que fuera a llamar a su hermana Marcela y a su papá. Contento por tener algo que hacer, fui hasta la calle buscando un teléfono. Hice las llamadas y aproveché para comprar el “Clarín”.
.
Con los años lamentaría no haber guardado ese ejemplar, como recuerdo del día en que nació mi hijo, pero eso no viene al caso ahora. El caso es que recordé mi café, así que fui a la cafetería a desayunar mientras hojeaba algo aburrido los titulares del diario. No veía motivos para ayunar ni para correr, así que disfruté de mi merecido café con leche y tres medialunas. Un rato después recordé a Patricia y volví a la habitación, para comunicarle que sus familiares venían corriendo, aunque no sabía bien para qué...
.
Cuando entré en la habitación, la encontré vacía. “Estará en el baño”, pensé, pero la puerta estaba abierta y dentro del baño no había nadie. “Bueno... la habrán venido a buscar para hacerle algún exámen” Entonces ví las pantuflas de ella, prolijamente acomodadas junto a la cama. “Uh. Eso quiere decir que no se fue caminando de acá... tal vez la llevaron a la sala de partos... ¡Qué guacha...! ¿Por qué no me esperaría?“ No habiendo nada mejor que hacer, quise seguir leyendo el diario, por lo que me acomodé en la cama que ahora estaba vacía y me concentré en las noticias. Habré leído unas cien palabras y me quedé profundamente dormido.

5. Donde no me dejan dormir (Parte 2ª)

Serían las nueve de la mañana cuando una serie de insultos me sobresaltaron. Me había quedado dormido con el diario tapándome la cara. Me senté en la cama y una enfermera enorme me miraba como si estuviera a punto de masticarme un ojo, mientras me increpaba preguntándome “¿Qué clase de padre es usted?... ¿Cómo puede dormir con su mujer en la sala de partos? ¿Sabe ella la clase de monstruo que es usted?” Todo esto a los gritos, con su cara a menos de treinta centímetros de la mía y su dedo índice casi tocándome la punta de la nariz... “Por si llegara a interesarle, aunque no creo, su esposa ya tuvo familia” Yo, que me sentía muy avergonzado, agradecí la oportunidad de poder decir algo y le pregunté que había sido “Un varón.” Me dijo y pegó un portazo. Me quedé pensando como era posible que supiera que era mi esposa, y llegué a la conclusión de que no sabía que ella era soltera, por lo que supuso que yo debía ser el esposo, acertando sin querer. Me levanté, estiré las sábanas lo mejor que pude y me ubiqué en un silloncito que había en un rincón a esperar... Pasó un rato largo, por lo que terminé la lectura del diario, y ya estaba a punto de ir a preguntar si había alguna novedad cuando Patricia volvió a la habitación, escoltada por varios médicos, lo que en otras palabras equivale a decir que me echaron una vez más de la habitación. No pude entrar hasta pasado un buen rato, cuando se hubieron ido todos.

6. Donde nadie parece entenderme. 

Cuando entré, encontré a Patricia muy dolorida. Algo había salido mal, me explicó que lo que había comenzado como un parto normal, terminó siendo una cesárea de emergencia, sin anestesia ni nada. Estaba muy enojada conmigo, preguntándome como era posible que yo no estuviera en la salida de la sala de partos con los otros papás nerviosos que caminan en círculos frente a la puerta de la sala, preguntando a todos los que entran o salen por esas puertas qué novedades hay... Traté de explicarle que no estaba allí, porque estaba muy tranquilo, absolutamente convencido de que no había ninguna posibilidad de que hubiera ningún problema, que no era desinterés mío, solo tranquilidad... en eso cae Marcela y me parece que mi suegro también. Tomar conocimiento de lo ocurrido no ayudó a hacernos amigos... Mi cuñadita también me dijo una o dos barbaridades que no vale la pena citar aquí. Mi esposa (aunque el matrimonio estuviera momentáneamente suspendido, seguía siendo mi esposa) mi cuñada, mi suegro y hasta una enfermera me habían insultado en menos de media hora... estaba confundido. ¿Qué hice mal? Me preguntaba sin poder dejar de bostezar.

7. Donde descubro que mi hijo es el más lindo... aunque no sé cuál es

Mi amiga, la enfermera volvió a la habitación para informar que el bebé ya estaba en la nursery, y que podíamos ir a verlo. Me mira y me dice “hasta usted” con una expresión que me recordaba a la de Patricia en la mañana temprano, en casa; y no creo que la enfermera estuviera dolorida. Todos salieron corriendo a ver al recién llegado, yo alcancé a decir “Pero... ¿No lo van a traer acá para que lo amamante?” Me dijeron que sí, en un rato, tal vez una media hora, así que si quería conocerlo debía ir a la nursery. Patricia me miró con esa mirada que no admite argumentos en contra y me dijo “Andá a verlo” por lo que, logicamente, fui a conocer a mi hijo. Cuando llegué, Estaban mi suegro, mi cuñada y China, la señora de mi suegro, los tres apretujados en la puerta mirando las cunitas. “¡Qué tontos son...! Apretujados ahí, tan lejos de las cunitas, en lugar de entrar por acá...” Entusiasmado por mi superioridad intelectual, quise entrar orgullosamente a la nursery, para descubrir una pared invisible... el vidrio más limpio que vi (o mejor dicho, que no ví) en toda mi vida. Por suerte era muy grueso, así que no lo rompí, aunque me di un golpe tremendo en la cara. Encima, desperté a todos los bebés, que empezaron a llorar... Aunque no las escuché, creo que tendría que agregar a las tres enfermeras que estaban allí a la lista de las personas que me insultaron aquella mañana. Una vez superado el inconveniente, vi que mi bebé era el más lindo de todos... fuera cual fuere el mío entre los aproximadamente veinte bebés que allí se encontraban, ubicados en sus cunitas como para un desfile militar.
.
Algún ser malvado de perversas entrañas le contó a Patricia lo sucedido, pero lo perdoné cuando trajeron a Jonás (aunque todavía no tenía ese nombre. Estuvo dos o tres días sin uno, estábamos convencidos de que sería una niña. Tanto, que no se nos había ocurrido pensar un nombre de varón. Pero esa es otra historia) Cuando comenzó a mamar olvidé todos los problemas que me habían parecido importantes hasta ese día y comenzó una nueva etapa en mi vida, con grandes satisfacciones y problemas nuevos, pero llena de maravillas todos los días.

8. Donde huimos del hospital

En la mañana del 2 de junio le dieron el alta a quien se llamaría Jonás (sin nombre todavía entonces) Pero a Patricia, que estaba muy lastimada, le dijeron que tendría que esperar por lo menos hasta el lunes 4. Después de la una de la tarde de ese sábado, cuando solo quedaba en el hospital solo gente de guardia, ella se vistió como pudo, yo iba delante de ella unos metros para asegurarme de que no había nadie que pudiera vernos, y nos ingeniamos para llegar hasta la calle y buscar un taxi, esta vez sin mayores dificultades para volver a nuestra casa. Yo estaba feliz por el bebé, pero en ese momento solo quería acostarme y dormir... hacía ya casi tres días que no sabía lo que era dormir realmente... lejos de imaginar que las noches de sueño tranquilo habían pasado a ser historia. Mamaderas, pañales, acunar a mi hijo y muchas otras cosas me aguardaban para que no volviera a ver una almohada de cerca por mucho tiempo.


Pero valió la pena.
31 de mayo de 2004