jueves, 11 de agosto de 2011

XXIII - Sayuk

Eran 20 kilos de pura alegría. No tenía mucho cerebro, pero lo compensaba con un corazón enorme. Todo cariño, inocente, un poco atolondrado, siempre con ganas de jugar, de correr, de recibir afecto... Nada podrá reemplazar los "enojos" que nos provocaba cuando saltaba a toda carrera sobre nosotros estando en la cama y nos llenaba de lengüetazos que eran sus besos.... 

Sayuk se fue, pero no muy lejos. 
Siempre estará en nuestro corazón y en nuestra memoria, Nos seguirá provocando sonrisas cada vez que recordemos sus travesuras y su mirada llena de luz. Si tuviera que describir su expresión, juro que parecía lucir una eterna sonrisa.

Sayuk se fue, pero no muy lejos. 
Se llevó con él todo el cariño que recibió mientras estuvo con nosotros. Estoy seguro que fue un perro feliz.  Ahora debe estar corriendo en el verde campo destinado a los perros que supieron ganarse un lugar en el Cielo de los Perros, porque no me queda ninguna duda de que se lo merece. 

Sayuk se fue, pero no muy lejos. 
Estará siempre con nosotros, cerca de nuestros corazones.