miércoles, 1 de enero de 2014

XLIII - A la luz de las velas

El imparable progreso de la tecnología nos ha ido privando, poco a poco, de los simples placeres que disfrutaron nuestras generaciones pasadas. Ya nadie emplea la reunión familiar durante la cena para ejercitar el arte de la conversación, dominada la mesa por el omnipresente televisor. Cosas sencillas como echarse sobre el césped en una cálida noche de verano para ver las estrellas han quedado en el olvido, ahora la tecnología nos reclama a través de la PC o la Play… de todas maneras las luces de la ciudad hacen prácticamente imposible ver las estrellas, y además, a quién le interesa ver unos puntitos brillantes que no hacen nada más que estar allí? Ya nadie escribe una carta de amor, para qué hacerlo? Ahora basta con un mensaje de texto, o un e-mail en el mejor de los casos. La lectura de "Moby Dick" sentado en el mejor sillón de la casa también es cosa del pasado… son costosos y ocupan mucho lugar. Nada mejor que una tablet o una netbook para explorar el antiguo deleite de la lectura.

Por suerte, la horrible ola de calor que estamos padeciendo que ha hecho que toda la tecnología que tenemos en casa sea inútil, nos ha devuelto a un estilo de vida decimonónico. Cenamos y charlamos a la luz de las velas. En una batalla perdida de antemano, combatimos el calor con un viejo abanico que vaya uno a saber de dónde salió. Imploramos a los cielos para que nos envíe algo de lluvia que alivie el bochorno que este verano bestial nos trajo y que nos permita juntar algo de agua para usos diversos. Las estrellas brillan en todo su esplendor como antaño. Dedicamos nuestro tiempo libre a actividades que de otra manera no realizaríamos jamás, como ver viejas fotos o jugar con nuestros perros…

Por todo esto, Gracias, compañías distribuidoras de electricidad!! Gracias Edesur, Edenor y demás empresas del rubro! Cómo agradecerles que nos permitan vivir como los abuelos de nuestros abuelos? Eventualmente todo volverá a la normalidad y entonces apreciaremos como maravillosos tesoros algunas cosas que dábamos por sentadas. Francamente, no encuentro nada románticas las cenas a la luz de las velas. Quiero un vaso de agua fría con hielo, ducharme, poder dormir de noche con el arrullo del acondicionador de aire, abrir la heladera (o refrigerador como la llaman en casi todas partes) y encontrar comida que podamos comer sin temor a morir envenenados inmediatamente! Quiero revisar mi cuenta de Facebook, enviar algunos e-mails y jugar mis videojuegos favoritos!


Gracias otra vez, pero dos semanas de esta situación hacen que crea que ya es suficiente. Nada me gustaría más que ver alguna película en mi televisor de alta definición mientras bebo una cerveza helada en lugar de ser salvajemente atacado por cientos de mosquitos mientras miro el cielo buscando una respuesta…